Will Lomax, acaudalado financiero londinense, recibe una carta de Thomas, su amigo de la infancia. Él también ha triunfado y es ahora un multimillonario que desea sentar cabeza. Le pide a su amigo que le encuentre una mujer a su medida: "morena, alta y arrogante", con la que se casará por poderes. Beatriz Mac Whirter, una distinguida muchacha, acaba de ser abandonada por su prometido. Para evitar el escándalo accederá a casarse con un extraño. El encuentro de dos temperamentos indómitos, revolucionará la vida de ambos.

A los treinta y tres años, Fred era un hombre muy conocido. Tan conocido y tan poderoso, que poseía un banco, ferrocarriles, minas, petróleo, buques de carga y una flota entera que le rendía muchas ganancias. Seguía siendo un hombre campanudo, un caprichoso millonario, el cual veía, quería y obtenía casi simultáneamente. Un hombre cuyo nombre simplísimo, exento de resonancias aristocráticas, cuando era pronunciado nadie dudaba de su poderío. El nombre de Fred Dawn fue muy conocido y, sin embargo, nunca se metió en política porque de eso no quería saber nada.

Nines es una chica muy segura de sí misma. Heredera de una gran fortuna y educada de forma moderna y liberal, nada suele resistírsele. Hasta que llega a la plantación algodonera de su difunto tío y conoce a Igor, un atractivo pero taciturno joven que enseguida se propone conquistar. Pero él se resiste, y Nines ha de tragarse sus lágrimas y su orgullo. Sin embargo, la lectura del testamento del tío Ed cambiará radicalmente las cosas.

Rex Malden, marido de Kay, es un periodista condenado por tráfico de drogas. Ella, siempre fiel, cree en la inocencia de este y espera con paciencia su salida de prisión. ¿Será el amor de la pareja más fuerte que los rumores sobre la condición de Rex? ¿Conseguirá Rex adaptarse a un mundo que le es totalmente ajeno y salvar su matrimonio?

Quiero casarme con ella: "-Es una joven fina. Vivió siempre con una tía. - De acuerdo -se impacientó, propinando otro puñetazo a la mesa-. Estás acabando con mi paciencia, Owen. Te digo que traigas a esa joven. Yo le expondré mi deseo. Si no accede, es menor de edad. Su padre se encargará de venderla por unas cuantas libras. ¿Qué esperas? ¿Es que no me has entendido? ¿Ignoras acaso que hace más de un año que busco esposa?

María es una joven independiente y quiere tomar las riendas de su vida aunque el precio a pagar sea el de dejar a su familia, a Leandro y su cómoda vida en Madrid. Valiente y aventurera se muda a un lejano pueblo de montaña anegado por la nieve para servir en la casa de don Jaime Goitia, un prestigioso médico... ¿qué le deparará el futuro? ¿Logrará sentirse como en casa en este nuevo ambiente hostil?

El padre de Patricia Robers ha muerto y ha dejado la custodia de esta a su buen amigo Laws Greenly. Durante años Pat desconoce quién es su tutor, hasta que de pronto, un día, este aparece en su vida cambiándola para siempre.

Red Wymar -alto, fuerte, de anchas espaldas y mirada dura y fría- detuvo sus agitados pasos y contempló a su madre a través de las espesas espirales que salían de la pipa que apretaba entre los dientes. -¿No existe una solución más... más digna de mí? Alice Wymar entreabrió los labios en una sutil sonrisa un tanto desdeñosa.

Tras estudiar en la Universidad de Santa Fe, Ingrid Lewis regresa al domicilio familiar de una pequeña ciudad minera, junto a su hermano y su cuñada. Ellos, al igual que el resto de habitantes de Prescott, veneran a Omar Moore, el más poderoso industrial del estado. Y es que, además de rico, joven y apuesto, Omar pasa por ser el modelo ideal de jefe, comprensivo y generoso, además de ser un caballero irreprochable.

La historia de amor entre la joven Alma Velasco y el jardinero japonés Ichimei conduce al lector por un recorrido a través de diversos escenarios que van desde la Polonia de la Segunda Guerra Mundial hasta el San Francisco de nuestros días.

Meet Randi Burnett—she’s brilliant, she’s beautiful, and she works for the bride. Missing groom? Intoxicated in-laws? Crying ring-bearer? You name it, she wrangles it. Too bad her personal life isn’t thriving like her side gig as a bridesmaid for hire. Recently dumped, Randi throws herself into her biggest challenge yet when she’s hired as a maid of honor and pretend best friend for an ice queen bride. There’s just one problem—the best man is infuriating, overprotective, and anti-marriage.

Lowen Ashleigh is a struggling writer on the brink of financial ruin when she accepts the job offer of a lifetime. Jeremy Crawford, husband of best-selling author Verity Crawford, has hired Lowen to complete the remaining books in a successful series his injured wife is unable to finish. Lowen arrives at the Crawford home, ready to sort through years of Verity's notes and outlines, hoping to find enough material to get her started. What Lowen doesn't expect to uncover in the chaotic office is an unfinished autobiography Verity never intended for anyone to read.

I'm addicted to my stalker. He watches me at night, sneaking in through my living room window and making my blood turn to ice. I feel him all around me as chills snake down my spine. Each night he becomes bolder, getting closer and welcoming himself into my bedroom, feeding his addiction.

Beckett: If you’re reading this, well, you know the last-letter drill. You made it. I didn’t. Get off the guilt train, because I know if there was any chance you could have saved me, you would have. I need one thing from you: get out of the army and get to Telluride. My little sister Ella’s raising the twins alone. She’s too independent and won’t accept help easily, but she has lost our grandmother, our parents, and now me. It’s too much for anyone to endure. And here’s the kicker: there’s something else you don’t know that’s tearing her family apart.

Ryder, Garrett, Kenzo, and Diesel - The Vipers. Their deals are as sordid as their business, and their reputation is enough to bring a grown man to his knees, forcing him to beg for mercy. They are not people you mess with, yet my dad did. The old man ran up a debt with them and then sold me to cover his losses. Yes, sold me. They own me now. I’m theirs in every sense of the word. But I’ve never been meek and compliant.