Livy. 35 años. Divorciada. Hija preadolescente rebelde. Hijo sordo de nacimiento. Nuevo trabajo. Nueva casa. Nueva ciudad. Su vida es lo suficientemente complicada como para enredarse en una relación. Aaron. 37 años. Soltero. Teniente de policía del SWAT de Nueva York. Mujeriego empedernido. Acostumbrado a liarse con quien quiere y donde quiere. Tiene la vida que quiere y no está dispuesto a complicársela con una relación seria. Sus vidas se cruzan una noche en una discoteca.

El amor aparece cuando menos te lo esperas... ¿Cuántas veces hemos escuchado esa frase? Pero no siempre se tiene esa suerte. Esta es la historia de Patrick, Alex y Will. Tres seres humanos que, cansados de buscar a la persona que creían que les cambiaría la vida, se rindieron y, simplemente, se sentaron a esperar. Pero, en el amor, no existen reglas establecidas y, a veces, la persona que aparece no es la que se imaginan. Otras, en cambio, es aquella con la que llevaban tiempo soñando.

Ryan Connors es el chico más atractivo de la Facultad de Medicina de Los Ángeles, un mujeriego que no cree en el amor y al que le sobra el dinero. Sin embargo, Connors tiene un problema: necesita dormir acompañado para poder afrontar sus fantasmas particulares. Cansado de compartir su cama con desconocidas y de abusar de sus amigos, le propone a Cassandra Ross, una universitaria que no tiene un céntimo y un pelín hortera-, sufragar sus gastos, incluida la matrícula de la universidad, a cambio de que duerma con él.

¿Cómo se ignora lo que late en tu interior? ¿Cómo se recupera el rumbo de una vida trazada por una mentira? Desde muy pequeña, Maya se ha sacrificado en cuerpo y alma por el ballet. Trabaja como solista en la Compañía Nacional de Danza y los ballets más prestigiosos han puesto sus ojos en ella. Sin embargo, un grave accidente acaba con su futuro prometedor.

Luke Howland, lleno de problemas y sumido en una desesperación profunda, y Hasley Weigel, tan despistada como optimista, no se ajustan al prototipo de pareja perfecta. Como si cada uno fuese un cielo uno es tormenta y el otro un día soleado: él es oscuridad. Ella un rayo de sol. Y, sin embargo, juntos deciden ponerle nombre a lo que habían creado: un boulevard teñido de tonos grisáceos, celestes y azules eléctricos preparándose para la tormenta.

Meet Randi Burnett—she’s brilliant, she’s beautiful, and she works for the bride. Missing groom? Intoxicated in-laws? Crying ring-bearer? You name it, she wrangles it. Too bad her personal life isn’t thriving like her side gig as a bridesmaid for hire. Recently dumped, Randi throws herself into her biggest challenge yet when she’s hired as a maid of honor and pretend best friend for an ice queen bride. There’s just one problem—the best man is infuriating, overprotective, and anti-marriage.

Lowen Ashleigh is a struggling writer on the brink of financial ruin when she accepts the job offer of a lifetime. Jeremy Crawford, husband of best-selling author Verity Crawford, has hired Lowen to complete the remaining books in a successful series his injured wife is unable to finish. Lowen arrives at the Crawford home, ready to sort through years of Verity's notes and outlines, hoping to find enough material to get her started. What Lowen doesn't expect to uncover in the chaotic office is an unfinished autobiography Verity never intended for anyone to read.

Beckett: If you’re reading this, well, you know the last-letter drill. You made it. I didn’t. Get off the guilt train, because I know if there was any chance you could have saved me, you would have. I need one thing from you: get out of the army and get to Telluride. My little sister Ella’s raising the twins alone. She’s too independent and won’t accept help easily, but she has lost our grandmother, our parents, and now me. It’s too much for anyone to endure. And here’s the kicker: there’s something else you don’t know that’s tearing her family apart.

Ryder, Garrett, Kenzo, and Diesel - The Vipers. Their deals are as sordid as their business, and their reputation is enough to bring a grown man to his knees, forcing him to beg for mercy. They are not people you mess with, yet my dad did. The old man ran up a debt with them and then sold me to cover his losses. Yes, sold me. They own me now. I’m theirs in every sense of the word. But I’ve never been meek and compliant.

Hattie Murton never dreamed of TV stardom. A straight-from-a-fairytale encounter with a casting agent somehow landed her a part on what she’d thought would be a one-off pilot for Leicester Square…