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Es con Freud —al cabo de dos o tres mil años—cuando se vuelve a justipreciar el sueño como un acto revelador del destino. Una vez más la psicología abisal ha reconocido un orden allí donde las otras sólo veían un caos, un movimiento agitado e incoherente: lo que a sus antecesores parecía un laberinto inextricable, sin principio ni final, para ella es la via regia, el amino real, que enlaza la vida inconsciente con la consciente. El sueño es el intermediario entre el mundo de nuestros sentimientos ocultos y el que está sometido al conocimiento.

A partir de su vasta experiencia, el doctor González Núñez nos brinda una obra didáctica y bien fundamentada sobre este proceso esencial para la exploración del inconsciente, enmarcada en el conocimiento de los fenómenos que se estudian en psicología general. Explica el papel que juegan en la interpretación de los sueños, temas tan importantes como el sueño en el desarrollo del ser humano y los procesos mentales, en especial las leyes de la percepción, la memoria y el aprendizaje.

Sam tiene once años y está muy unido a su abuelo, con quien vive en una casa en la linde de un bosque profundo e inhóspito. A su muerte, el anciano le pide que persiga el sueño que ha guiado su vida: encontrar al misterioso Maestro del Bosque, una presencia fantasmal que habita más allá de los senderos del hombre. La leyenda asegura que el oscuro Maestro conoce todas las respuestas, pero también advierte que quien va en su busca morirá fulminado si no está preparado para el encuentro. Sam se internará en el Bosque Prohibido...