Ana Izaguirre

A sus cuarenta años, como un road trip, sin más referente que una fotografía vieja, una hija emprende la búsqueda de su padre. Mientras narra la decisión de ir a conocerlo y el viaje que la lleva de Ciudad de México a Michoacán, iremos construyendo, junto a ella, el pasado, los amores, las alegrías, los accidentes, las ausencias.

Un día cualquiera, a finales de los años setenta, la protagonista abrió la puerta de su casa y vio cómo su madre se iba en una motocicleta Harley-Davidson con su vecino: un extravagante pintor y lector de cartas zodiacales....

Veinte relatos en torno a las peripecias posmodernas que, contados con humor negro, evidencian la inocencia con la que nos entregamos a un estilo de vida, sin comprender que ofrecemos el cuello como víctimas desde la comodidad del hogar y a un clic de distancia del posible asesino.

Mariana heredó un Spa de su madre (aunque ella quería ir a la Universidad para estudiar Psicología), por la naturaleza de su trabajo se convirtió en confidente de un montón de amigos que durante el confinamiento le llaman para contarle de sus crisis personales, unas divertidas, otras no tanto. Mientras cuenta cada una de estas historias, Mariana vive su propia transformación: un secreto familiar le revela quien es su verdadero padre y se entera de la nueva situación de su ex novio.